Una burbuja bajo el mar

- ¿A dónde vas?- le preguntó sorprendido un pez pequeño a un gran salmón cuando se cruzaron en el río pero en distintas direcciones.
- Río arriba- respondió entre suspiros el pez cansado de nadar contra la corriente.
- ¿Y por qué? ¿No es mejor dejarse llevar al mar?
- ¿Acaso no ves lo turbia que esta el agua allá? Yo quiero que el mar este limpio y en condiciones para todos los peces, por eso nado río arriba, para llegar a donde nace el río y cambiarlo.
- Ja ¿y vos pensás que vas a llegar? ¿pensás que con lo oscuro que esta el agua la vas a cambiar?
Se hace un silencio y ambos piensan sus próximas palabras.
El pez pequeño siguió con las preguntas.
- ¿No es mejor dejarse llevar por la corriente? ¿Aprovechar tu corta vida para ser feliz? Los peces como vos deben ser los preferidos de los tiburones.
- No puedo nadar tranquilo mientras gire la cabeza y vea que atrás mió el agua sigue siendo negra. No puedo descansar mientras algún hermano se pierde en esa oscuridad. Simplemente no puedo parar de nadar, por que no solo nado por mi, nado por vos, nado por todos.
- En fin- suspiro el pez pequeño y siguiendo río abajo dijo:
- Vos sos un salmón, supongo que por eso nadas río arriba, yo en cambio soy un pez mucho mas débil, no duraría demasiado tiempo en tu dirección.
- No siempre fui un salmón, el camino te hace- respondió el cansado pez y a continuación agrego:
- Yo fui un pez que nadaba como vos, río abajo, hasta que un día comprendí que algo estaba mal. No llegue acá fácilmente. Muchas veces me sentí completamente agotado y sin fuerzas. Muchas veces pensé en renunciar y dejarme llevar. Muchas veces no comprendí al resto de los peces. Ni siquiera se si algún día llegare a donde nace el río y si llegando, algo podré cambiar.
- ¿Y por que seguís nadando en contra de la corriente sabiendo lo difícil que es?- pregunto sorprendido el pequeño pez.
- Por que como vos, ya conozco hacia donde lleva la corriente, ya conozco ese camino. En cambio yo, elijo nadar.